LAS PYMES AL BORDE DEL ABISMO.

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Desde Fececo (Federación de Centros Comerciales de la Provincia de Santa Fe), vemos con temor y terror la situación por la que atraviesan las empresas en este contexto de crisis provocado por el Covid-19. No es novedad que las cargas impositivas son asfixiantes, que el sistema financiero nunca estuvo del lado de la producción o que la política es una gran empresa que se nutre de nosotros para vivir, y así podemos seguir enumerando ejemplos que ponen palos en la rueda al normal desarrollo de las actividades empresariales.

Ahora bien, y considerando las trabas “normales”, se suma esta famosa “cuarentena” (aislamiento social obligatorio), con la cual estamos de acuerdo, sí, pero debemos manifestar ya no nuestra preocupación, sino nuestra desilusión sobre las “no medidas” que se han tomado al respecto para con el sector pyme en general: hemos observado gestos de grandeza para con trabajadores informales, asignaciones, AUH, monotributistas a y b, entre otros… entonces, una gran pregunta: ¿de dónde salen los recursos genuinos del Estado para hacer frente a estas erogaciones? De los impuestos de todas las empresas (autónomos, monotributistas…) que -en estos momentos- siguen pagando a costas de ahorros, descubiertos bancarios, préstamos a tasas impagables: ¿un 24%? ¿con negocios con rentabilidad negativa, cerrados? ¿en serio creen que ayuda? Sólo pedimos sentido común en la toma de decisiones.

Desde Fececo consideramos que es inminente, urgente y necesario poner a disposición de los comercios y las pymes los siguientes servicios:
– inmediata apertura de atención de las sucursales bancarias en horarios normales, o restringidos si se considera necesario, a las empresas y monotributistas, clientes para la normalización financiera de las mismas.
– ampliación del giro en descubierto para todas las empresas y monotributistas hasta el final de la emergencia sanitaria y económica a ­fin de que los bancos cubran la totalidad de los cheques emitidos antes del inicio de la cuarentena nacional, permitiendo mantener la cadena de pagos y evitando el quiebre de las pequeñas unidades económicas, sostenido también a tasa 0% durante ese periodo de emergencia.
– líneas de créditos hasta a 18 meses a tasa 0 con un período de 6 meses de gracia para poder afrontar los compromisos que se avecinan -pago de sueldos, impuestos- debido a la inevitable extensión de las medidas extraordinarias que se adoptarían.
– buscar alternativas para que las líneas crediticias, en las condiciones que pedimos, lleguen a monotributistas, autónomos y pymes que no son clientes con carpetas bancarias.
– eximición del pago de aportes patronales mientras dure la cuarentena.
– solicitar a las ART que incluyan el Covid-19 en el listado de enfermedades.
– buscar alternativas reales frente al inconveniente del clearing bancario, para que no se corte la cadena de pagos.
– urgente disminución de las tasas, aranceles y plazos de pago de las tarjetas de crédito a los comerciantes, como así también la expansión de límites de compra a usuarios.
– identificar a los verdaderos formadores de precios, para evitar aumentos injustificados de precios. El comercio de barrio no forma el precio.
– habilitar las terminales de autoservicios internas para operaciones que con el banco cerrado no se pueden hacer, ni tampoco por home banking. También evaluar el acceso a las cajas de seguridad.

Tal como manifestamos siempre, estamos de acuerdo con las medidas adoptadas por los poderes del Estado, sean municipales, provinciales o nacionales, pero creemos que no son suficientes, mejor dicho, creemos que no existen para el sector. Es por eso que pedimos medidas no para ganar más, o porque sea momento de “ganar un poco menos”, las solicitamos para no cerrar, para seguir dando trabajo, para seguir pagando sueldos, impuestos y servicios. En fin, queremos medidas para que el interior productivo no muera.