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EL USO DE FULANO, MENGANO, ZUTANO y PERENGANO.

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Hablar de “un Fulano“, o decir que era “Fulano de Tal”, es muy común y nadie desconoce el significado de estos nombres. Lo que no es tan popular, es el origen de esta costumbre, y si existen verdaderamente sos apellidos.

¿Alguien conoció alguna vez una persona que se llame Mengano, o Perengano? Es muy poco probable, porque estas formas gramaticales se utilizan precisamente para aludir a alguien de quien no se sabe el nombre verdadero.

Alfred López, un bloguero, escritor y divulgador de curiosidades freelance español, investigó el tema y publicó la explicación en su libro “Vuelve el listo que todo lo sabe”. Allí explica que “Fulano” viene del árabe, donde “fulán” significa “persona cualquiera”. Es el más utilizado de los cuatro nombres: “Todo por culpa de un Fulano”, por ejemplo.

El segundo de los supuestos apellidos, Mengano, también proviene del árabe: “man Kán” se utiliza para decir “quien sea”. En la versión castellana, se pone siempre en segundo lugar por detrás del otro: “Fulano está a favor y Mengano en contra”.

Zutano, en cambio, parece tener su raíz en el latín, como deformación de la palabra “scitanus” que significa “sabido”. Se utiliza luego de los otros dos, cuando se quiere nombrar a personas desconocidas. “Nos perjudicamos todos porque Fulano, Mengano, Zutano y Perengano rompieron la cuarentena”

El cuarto apellido, es más reciente, y menos utilizado. Surgió de la fusión de Pérez, un apellido muy común, y Mengano. En el caso de necesitar referirse a mujeres, los apellidos cambian de género, y se vuelve, Fulana, Mengana, Zutana y Perengana. El primero, además se usa de manera despectiva, como que la persona es “una cualquiera”, o incluso para sugerir que es una prostituta: “Se trata de una Fulana”.